Anoche descubrí en El Hormiguero a Eros Ramazzotti. Realmente, lo recuerdo de la década de los ochenta del siglo pasado. No era uno de los preferidos, quizás por su voz en laringe. Le noté más delgado, más maduro y me trajo agradables imágenes y momentos. Quizás, por eso, me resultó más cercano, familiar.